martes, 9 de junio de 2009

El artista informatico

No seamos simples. No pensemos que porque en la Edad Media no se pintase de forma general el cuerpo desnudo del hombre, no existió una Estética sobre la corporeidad. No seamos ingenuos. Y no creamos como un dogma la visión que los llamados Ilustrados (franceses) han difundido sobre la Edad Media. Como un "mantra" se repite en los libros de Historia - desde la Ilustración - la visión ignorante y llena de prejuicios que Voltaire escribió en su Essai sur les moeurs et l´esprit des nations (1756): "Cuando uno deja la Historia del Imperio Romano para adentrarse en la de los pueblos que le sucedieron en Occidente, se asemeja a un viajero que, saliendo de una ciudad esplémdida, se adentrase en un paraje inóspito y desertico...".

Tenemos que bajar a las catacumbas de Roma, para ver y entender el modo en que se fué fraguando la nueva visión del hombre que imperaría en la Edad Media. Mientras Nerón cubría su palació con pinturas suntuósas, en las que se hacía ostentación de una ornamentación voluptuosa. Mientras en ese palacio, el cuerpo del hombre era maltratado en un sin fin de aberraciones; en las catacumbas y en el circo romano, otros cuerpos (los de los cristianos) eran maltratados por una creencia. Que curioso el que a "ilustrados" como Voltaire no les pareciese el reirse y encontrar regocijo en la muerte de un hombre entre las fieras, una costumbre bárbara (parafraseo el libro que de él he citado). El Cristanismo aportaría a la visión de la corporeidad humana, una visión que faltó tanto en Grecia como en Roma. Ni la idealización (Grecia) ni el realismo (Roma) de la forma del cuerpo fueron los principios sobre los que el Cristianismo haría surgir su Estética. El cuerpo importante para el Cristianismo fué el de la Iglesía, y es esta la corporeidad que representó en la pintura que se desarrollaría en la Edad Media. En la primera carta que San Pablo envía a los Corintos y los Romanos, señala el itinerario estético que se impondrá en la Edad Media. Por un lado, San Pablo, ante las prácticas del mundo romano, señala muy claramente cuál es el sentido en el que el hombre debe usar su cuerpo. Dice: "El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo" (Corintos, I, 6, 13-14); del mismo modo, recuerda en la primera carta a los Romanos como el paganismo tuvo como consecuencia el mal uso del cuerpo: "Por eso los entregó Dios a pasiones vergonzosas; pues, por una parte, sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza. Igualmente, los varones abandonaron el uso natural de la mujer..." (Romanos I, 1, 26-27), y así, recomienda el Apostol: "No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que obedezcáis a vuestras concupiscencias. Ni entreguéis vuestros miembros como arma de injusticia al pecado, sino entregaos vosotros mismos a Dios como resucitados de entre los muertos y vuestros miembros como armas de justicia a Dios". De esta concepción del hombre, nace la idea de que el cuerpo individual debe quedar crucificado como el de Jesucristo, de modo que en él pueda habitar Dios (Romanos I, 6, 5-9), para que así pueda ser miembro y cumplir su función de ese otro cuerpo que es la Iglesia (Corintos I, 12, 12-26). Este cambio de concepción sobre la visión del cuerpo será más importante de lo que hasta ahora he podido ver escrito. Con él se pasa de una corporeidad física (sea ideal, sea real), a una corporeidad abstracta, creada a base de conceptos y símbolos ideales. Con el Cristianismo aparece algo que hoy puede parecer tan moderno como es el Arte conceptual. En efecto, lo que hoy es indiscutido en el Arte moderno, esto es, la búsqueda de formas de representación conceptual, tiene su primera manifestación en la Edad Media. Curioso, ¿verdad?... Cuantos artistas de esos que exponen sus "conceptos de la nada" en Arco, pensando que hacen algo ultra moderno, se quedaran sorprendidos al saber que no hacen sino que emular el Arte Medieval de los "conceptos del Todo". Intentaré demostrar cuanto digo. En las catacumbas romanas fué creandose un lenguaje nuevo, a base de simbolos, donde lo importante era transmitir información sobre la nueva fé que se propagaba como la polvora encendida en el Imperio Romano. La transmisión de esta doctrina fué dominando de tal manera el mundo cultural que absorbió por completo lo que hasta ese momento se había realizado. Enseguida se dieron cuenta los cristianos de la importancia de la representación gráfica para transmitir su doctrina. Durando de Mende, por ejemplo, llegó a señalar que era preferible la pintura a la escritura porque aquélla poseía un carácter más intuitivo, hacía posible que todo el mundo accediese al conocimiento de la Fé. Esta concepción de la Estética, en donde la belleza quedaba supeditada a la información, no supuso en ningún caso una renuncia a la armonía y la Belleza. Este es otro de los errores con los que nos ha confundido la Ilustración. Al contrario, recuerdo aquí las palabras de Hugo de San Victor: "He aquí la tierra esmaltada de flores. ¡Qué expectáculo más encantador!, ¡qué deleite para la vista!, ¡qué fuente de emociones!". Pero lo que sí será verdad es que una nueva jerarquía se introduciría en los principios estéticos. No habrá Estética sin Ética. No habrá Belleza sin Bien ni Conocimiento. Cómo se puede comprobar, lejos de estar ante una época en retroceso respecto de Grecia o Roma, estamos ante una época en la que se superaría claramente lo alcanzado en la antiguedad. La ambición cultural que suponía una concepción en la que Teoría, Práctica y Estética estuviesen unidas de forma armónica, núnca hasta ese momento se produjo. Si nos fijamos en la palabra Arte, se llena en esta época de un significado nuevo. Mientras en Gracia (tékhme) y en Roma (ars), la palabra estaba relacionada con el "buen hacer", el "buen oficio", es ahora, en la Edad Media, cuando el Arte se concibe como una creación del espíritu del hombre, siendo más perfecta cuanto más logra acercarse a Dios. Nacen aquí las "artes libres", distintas a las "artesanales", considerándose la misión del artista como una de las más altas dentro de la sociedad. Con todo ello, y volviendo al tema de esta entrada, el "cuerpo" será tratado estéticamente de forma simbólica e ideal. Dos cuerpos tendremos que tener en cuenta para comprender la Estética de la corporeidad en la Edad Media: el cuerpo de la Iglesia y el cuerpo místico de Cristo. Los dos comparten la desnudez y el ser símbolos conceptuales de la Teología. En cuanto al cuerpo de la Iglesia, a través de él la pintura evolucionará expresando los conceptos e ideas teológicas que se querían transmitir. Para ello, el plano se divide, apareceen los cuarteles en el espacio, para poner en cada uno una imagen representativa de la dictrina Cristiana. Existe, de forma general una división en el plano jerárquica. Ya sea de arriba a bajo, o bien desde el centro, todas las composiciones estan diseñadas bajo una perspectiva teológica. Para los pintores e iluminadores era importante el que por el tamaño y la posición en el espacio de las figuras, se fuese transmitiendo información acerca de la importancia de la escena o los personajes. Esta división del plano, en realidad es un trasunto de la idea del cuerpo que era la Iglesia, en la que cada miembro debía desempeñar su función. Aparecen así los retablos, los tripticos, y, en definitiva, una enorme variedad de recursos técnico-artísticos para procurar transmitir información del modo más intuitivo posible. En la Catedral de Gerona se conserva un tapiz del s.XII en el que se representa la creación del mundo. En él puede verse el orden perfectamente centrípeto con el que el hombre Medieval entendia la realidad. Esto que en principio pudiera parecer que no tiene trascendencia de cara a lo que puda ser el desnudo en la Edad Media, la tiene. Fijémonos en que el hombre no es entendido en la Edad Media como un ser corporal, sino que pasará a ser un microcosmos, ordenado, como el mundo entero, desde y para Dios. Esta idea dominaría de tal manera la Edad Media, que fué una auténtica obsesión la comparación de la perfección de lo creado, con la perfección del hombre, y de la propia perfección del hombre en sí mismo (por estar hecho a imagen de Dios). San Agustin, Alcuino, Santa Hidelgarda, Santo Tomás de Aquino entre otros, consideraron al Homo Quadratus como ideal de perfección, y a Cristo como el Homo Quadratus por excelencia. Y aquí es en donde enlazamos con el segundo tipo de corporeidad, la del "cuerpo místico" del que he hablado. Es muy interesante a este respecto un fragmento procedente de la decoración mural de Sant Quirze de Pedret, en el que se muestra un hombre con los brazos en cruz inscrito en una corona circular en la que reposa un ave fénix. Es la representación de Cristo que resurge de la muerte, como el Ave fénix de sus cenizas, al tercer día de su muerte. El círculo es el orbe, en el que el hombre, con los brazos en cruz indica a la vez que el Crucificado, los cuatro límites del mundo. En frase resumen de Gregorio Magno el hombre es el resumen de todas las cosas: "Homo quodammodo omnia". Siendo esto lo fundamental de los conceptos que dominan la representación coporal del hombre, hay que decir que no importó en la Edad Media representar el cuerpo desnudo. Así, por ejemplo, recuerdo una ilustración muy bonita en el Códice del s. XII de Santa Hidelgarda, en el que aparece desnudo el cuerpo de Cristo. Todos los desnudos son representado de forma simbólica. No es importante la proporción, ni el volumen, ni en definitiva todos esos conceptos que fueron importantes en la representación del cuerpo en Grecia o Roma. Ahora es la línea, el mensaje, la imagen cargada de información lo que se intenta transmitir. La figura por ello es representada de forma plana, con linéas claras, llena de colores casi puros. La desnudez de terminadas partes del cuerpo tendrá un símbolo especial: mientras que a Jesús y los Apóstoles o los ángeles se les representa con los pies desnudos, será casi herético hacer esto con la Virgen María o los Santos. De igualmanera, lo trascendente del cuerpo estará representado por las aureolas que emanan del mismo. En estas aureolas, o en las potencias de los Santos, tenemos una clarísima representación simbólica que reduce la corporeidad a un pretexto, para llevarnos a ese otro mundo que es el que debe importar al Cristiano. Con esta misma pretensión se representará una mano saliendo del Cielo, como signo de la Providencia, o niños desnudos, sin sexo, en el manto de Abrahan, como signo de la vida futura. Este simbolismo terminaría por convertirse en un alfabeto, en el que las personas de la época leían sin dificultad. En un conjunto de personas, se sabe quien es Pedro porque se le representa con el cabello ensortijado y la barba corta, mientras que Pablo es representado con una calva y una barba larga. De la misma manera que los personajes fueron adquiriendo una reoresentación concreta, con las escenas que se representaban pasó lo mismo. Este simbolismo hizo que el cuerpo humano se usase junto con el de los animales. Los bestiarios, en los que se representaban seres, mezcla de hombre y animal, servían para transmitir determiandas lecciones morales. Lo cierto también es que en un momento dado, esos seres pasaron a no tener un significado concreto, y empezaron a tomar otros significados, dependiendo de quien los interpretase. En esto hubo también reformas. Con San Bernardo, y la reforma que supuso el Cister, toda esa exageración se corregiría. Dirá el Santo: "¿qué hacen en los cláustros, donde los hermanos tienen sus lecturas, esos mónstruos ridículos..., ¿qué pintan esos mónos ridículos, esos leones salvajes, esos centauros monstruosos? Pueden verse varios cuerpos con una sola cabeza y un solo cuerpo con varias cabezas. Aquí enontraréis un cuadrúpedo con cabeza de serpiente, allí un pez con cabeza de cuadrúoedo...¡Ay Dios! si no se avergüenzan de semejantes desatinos ¿porqué no les duelen al menos los gastos?"(Apología ad Guilh. Sancti Theodoroci Abbat, cap.IX). Con esta idea podemos decir que se pone fin a los excesos a los que llegó el simbolísmo del Románico, comenzando otra época en la que la idea de Belleza empieza a cobrar quizás tanta fuerza como el simbolismo del románico. Con el Gótico, el artista deja de imaginar, y vuelve su mirada a la naturaleza. Las catedrales se empiezan a cubrir de animales y flora realista. Del mismo modo el cuerpo se empieza a mirar de manera más natural. Aparecen en las Catedrales muchos relieves en los que quedan representadas profesiones o momentos de la vida, y en los que la desnudez se usa para representarlos. Pienso ahora en la representación del verano en Notre-Dame, o en la misma Catedral, la representación del mes de junio. En estos dos ejemplos pueden verse dos hombres, con el torso desnudo, representados de manera natural. Esta nueva forma de mirar el cuerpo hace que empiece a ser importante en su representación caracterìsticas como el movimiento, la sensualidad, la proporción. Empiezan en el s.XV los fundamentos de la corporeidad que veremos en el Renacimiento. En esta entrada pongo dos representaciones que nos muestran la evolución de la que hemos hablado. La primera es románica, en donde se representa a Adan y Eva; la segunda, pertenece a Hans Memling: "La salida de baño de Betsabe".

2 comentarios:

  1. Hola chicos! Es interesante el texto que transcribieron... ahora bien, el primer texto tiende a ser argumentativo... ¿qué se intenta cuestionar de la Edad Media? ¿O de la historia?
    Noelia

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  2. Queridos alumnos:
    Es importante que puedan enriquecerse a través de las lecturas críticas y las manifestaciones artísticas. Sería interesante que puedan utilizar el aporte de estos textos para entender que los procesos históricos no son lineales.

    Directora Norma

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